lunes, 23 de septiembre de 2013

Viernes 16

-Avisame cuando cojas el tren, y yo saldré hacia la parada en el coche.
-Vale, ya lo he cogido. Nos vemos allí.
¿Habeis tenido alguna vez la sensación de tener mil millones de mariposas en el estómago? Ese día yo no tenía estómago, toda yo era mariposas. Mariposas que no paraban de revolotear y hacerme pensar que haría cuando le viese. La primera vez que le iba a ver. Contaba las paradas. Alfafar. Massanasa. Catarroja. Silla. Benifaió. Algemesí. Mierda. Era la próxima. Cada vez me ponía mas nerviosa. ¿Que iba a hacer? Alzira. El. Primer abrazo. Miles de sensaciones. Tal y como me lo imaginaba. Mágico, por mi parte. Tal vez por el echo de que nunca antes me había pasado algo igual. O simplemete porque soy una teatrera, no se.
Los siguientes días fueron inigualables. Risas, abrazos, besos. ¿Quien me iba a decir que iba a estar tan agusto con una persona a la que acababa de conocer en persona? Pero sobre todo, ¿quien me iba a decir que iba a empezar a sentir algo por el? Nadie. Nadie me avisó de que esto iba a ser así. Hubiera preferido un 'ten cuidado, las relaciones a distancia dañan más que cualquier otra relación', pero no. A mi nadie me avisó, y aquí estoy. Lamentándome. Lo que daría por repetir aquellos días. Aquel 18 de Agosto. Tal vez me haya marcado de por vida, porque cosas así no se viven todos los días.
Ahora no queda nada. Nada de nada. Y es así. Teníamos que ser realistas. Estaba claro que ni tu, ni yo, ibamos a poder con esto, pero me hubiera gustado intentarlo, quien sabe. A lo mejor podría haber salido bien. O no. No se. Ahora no se que pensar. ¿Hago bien aceptandolo, o deberia luchar por lo que quiero?
Tiempo al tiempo.
Mientras tanto, te espero en mi proximo sueño, o en la habitación 202 del hotel Manises, como prefieras.

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