Nadie me entiende como tu. Solo tu sabes que hacer en cada momento. Sabes que discutir es lo mío, porque me encantan las reconciliaciones, sobre todo cuando te giras en la cama enfadado solo para que te abrace por detrás, y no niego que yo tampoco lo haga. Me encantan tus abrazos por detrás en la cama, con cosquillosas en el cuello incluidas por tu respiración. Te juro que en esos momentos pararía el tiempo, porque no hay mejor lugar donde estar que ese.
Solo tu sabes lo pesada que puedo llegar a ser, que repito las cosas mil y una veces, aún así reaccionas como la primera. Sabes que me encantan las sorpresas, me encanta salir de clase en mis peores días y verte aparecer.
Pero sobre todo, sabes como cuidarme. Como nunca nadie antes lo había hecho. Por eso quiero que no me faltes nunca, que yo no pienso hacerlo.